La construcción de la imagen siempre se encuentra en movimiento, difícilmente perdura por siempre, podría asegurar que esto nunca pasa y es así por múltiples razones que pocas veces analizamos con detenimiento.
Parte de mi historia:
Amigos muy cercanos, se han atrevido a cuestionar mis múltiples cambios de imagen durante el paso de los años, este morbo por saber mis procesos de cambio, me hacían sentir ajena al resto de los demás y muy incomoda al buscar respuestas que dar.
Ahora lo tomo con más filosofía, hay quienes tardamos más tiempo en saber quiénes somos, qué nos gusta y dónde encajamos. En el principio cuando empece a tomar conciencia de que la forma en la que nos perciben abre o cierra puertas adopte la forma de vida de otros, su vestimenta, su forma de actuar, con el único fin de encajar en un grupo; la historia se repitió una y otra vez durante casi todo el proceso de secundaria, prepa y universidad.
Después, tras la creación de un nuevo personaje, libre, divertido y muy arriesgado, fui yo la que paso de seguidora a seguida, es decir, ahora veía en otras una copia rara de mí, realmente aunque pareciera halagador, es muy molesto, es como si te estuvieran robando una parte de ti.
Tuvo que pasar mucho para que pudiera entender que soy única y que mis formas de expresión a través de la imagen atienden única y exclusivamente mis pensamientos, sentimientos y emociones.
Ahora no me importa si encajo o no, ya no lo necesito, ese proceso por el que seguramente todos pasamos, es sumamente importante para poder defender nuestras ideas y formas de vida.
Al final esto nos ayuda a reconocer, también, verdaderos amigos, que a pesar de pasar por todo esto, siguen ahí, sin juzgar.